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Nuestra Región

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Palma Soriano tiene una larga y rica historia, que data de varios siglos anteriores a la llegada de los conquistadores españoles, transitando por diferentes etapas y gestas de la Historia Patria: las guerras por la independencia del siglo XlX, las luchas sociales de la Neocolonia, la Guerra de Liberación Nacional y la construcción del Socialismo.  

Los primeros pobladores del territorio fueron los aborígenes, cuya presencia data del año 205 d.n.e. a la llegada de grupos migratorios protoagricultores o ceramistas tempranos. Posteriormente, otros pobladores aborígenes se asentaron en las márgenes del río Cauto o sus afluentes, en este caso grupos más desarrollados de agricultores que dominaban la técnica de la cerámica, alguno de los cuales permanecieron en sus asentamientos hasta la llegada de los conquistadores españoles.

Las  primeras tierras mercedadas por el cabildo  de Santiago de Cuba fueron ocupadas a  finales del siglo XVI, dedicadas primero a la crianza de ganado menor. Uno de estos primeros hacendados fue el sacerdote de la Catedral Juan Cisneros Estrada, quien, en 1669, en el Realengo Cauto, fomentó un corral denominado Hacienda Cauto, lugar donde posteriormente surge el núcleo fundacional que es hoy la ciudad de Palma Soriano. La otra actividad que florece es el cultivo del tabaco. El cultivo de la caña de azúcar fue otro rubro de la región. Los terratenientes de Santiago de Cuba instalaron numerosos trapiches e ingenios en todo el territorio del Cauto como fueron La Candelaria de Yarayabo, Hatillo, Cauto Garzón, La Santísima Trinidad de Caney, San José de Niguabo y el Perú, entre otros.

Otro renglón importante fue el cultivo del café que penetró en las montañas del municipio con la llegada de los francohaitianos fomentando cafetales como el de Santa Clara, San Antonio, El Cristal, La Aurora, Guadalupe, La Polina, Marsellesa, La Marsella, Hanrrieta, El Diamante, entre otros, cuyas plantaciones han resistido los embates del tiempo y han llegado hasta nuestros días.  

La ciudad de Palma Soriano se gestó en torno a la Iglesia  de la Virgen del Rosario, en terrenos donados por la señora  Rita Josefa de los Llamos y sus hijos Antonio y Domingo Delgado, a la Iglesia Católica en el año 1813, la que años más tarde se convirtió en parroquia y centro de un curato de campo. En 1847 comenzó a den ominarse oficialmente Partido de Palma Soriano, derivado de un personaje de la leyenda que se supone fue el origen más remoto de este lugar.

Décadas después, en este pequeño caserío sufrieron confinamiento en 1852 los patriotas bayameses Lucas del Castillo, José Fornaris y Carlos Manuel de Céspedes. De la pluma de éste último salieron los versos “Al Cauto”, oda dedicada al río que atraviesa la ciudad.

Con el estallido de la Guerra de 1868, Palma Soriano fue tomada el 5 de noviembre por las fuerzas mambisas al mando de los generales Donato Mármol y Máximo Gómez, convirtiéndose en estos primeros meses de la guerra en un importante centro de la insurrección. Recuperada por el ejército español fue fortificada y convertida en un bastión del colonialismo hasta 1898.

En estas contiendas bélicas tuvieron lugar importantes acciones combativas: Los combates del Sitio, el cafetal La Aurora, Vega Sucia, el ataque y destrucción de un gran número de ingenios y cafetales; el ataque al cuartel del ejército español situado en el propio poblado, y el cañoneo de la ciudad.

En estas guerras de liberación se destacaron importantes figuras del territorio: Francisco Borrero Lavadí, los hermanos Cebreco, Antonio Maceo, Félix Figueredo, Máximo Gómez, Jesús Pérez de la Guardia, Manuel La O, Félix Callamo, entre otros.

En la historia de este municipio se destaca la caída en combate de José Martí, en Dos Ríos, (lugar que pertenecía anteriormente a este término municipal desde el 1º de enero de 1899) cuyos restos descansaron en la entonces Plaza de Armas española, donde actualmente está el parque que lleva su nombre en esta localidad, convirtiéndose este a partir de entonces en un lugar de veneración patriótica. Como anhelo del pueblo palmero, el 20 de mayo de 1913 fue develado el monumento al Apóstol de la Independencia en este parque, a solicitud del pueblo palmero y la gestión patriótica de Rafael Estrada Arencibia, palmero por cuyo empeño se erigió un segundo monumento en Dos Ríos.

En las primeras décadas de la República Neocolonial el territorio fue escenario de importantes acontecimientos relacionados con el Movimiento de los   Independientes de Color, las luchas por el poder entre partidos políticos, como fue la Guerrita Liberal de febrero de 1917, cuya repercusión llegó hasta los predios del Central Palma donde se libró un crudo combate entre ambas fuerzas cayendo en la acción el teniente de las fuerzas liberales Gerardo Rubí Betancourt.

La juventud palmera se involucró en la Revolución de los años 30, muchos se incorporaron a la Joven Cuba, al Partido Comunista, al Directorio Estudiantil Universitario y un sector de la burguesía al ABC, que ocupó en los años 40 la Alcaldía Municipal en la figura del doctor Mariano Estévez Lora. Muchos jóvenes palmeros se destacaron en esta lucha y sufrieron prisión y persecución como Amado Ramírez Sigas y Juan Manuel Gálvez Estrada, este último encarcelado en el Castillo del Príncipe.

Tras el golpe de Estado de marzo de 1952 un grupo de jóvenes ortodoxos dirigidos por Pedro Celestino Aguilera organizaron un movimiento de resistencia cívica al golpe incorporándose meses después al movimiento organizado por Fidel Castro Ruz. Tres de estos jóvenes participaron posteriormente en las acciones del 26 de julio: Teodulio Michel Barbán, Oscar Alberto (Nito) Ortega y Pedro Celestino Aguilera.

Tras el desembarco del Granma, los jóvenes se incorporaron a la lucha armada en la Sierra Maestra y la lucha clandestina, entre los que se destacan los generales Sixto Batista, Lino Carrera y los caídos en combate, Mario Maceo Quesada, Rodolfo Rodríguez, Catalino Moret, entre otros. Como parte de la ofensiva final del Ejército Rebelde y después del Combate de La Aduana, en El Tamarindo, el Comandante en Jefe Fidel Castro, junto a los jefes del Segundo y Tercer Frente Oriental, elaboraron el plan de acciones para tomar a Palma Soriano, las que se iniciaron el día 23 de diciembre y culminaron el 27 con la liberación de la ciudad.

 Después de conocida la noticia de la traición del general Cantillo y la fuga de Batista, el Comandante en Jefe se dirigió al pueblo de Cuba desde el actual Museo Histórico de Palma Soriano, convocando a la huelga general revolucionaria mediante la consigna: ¡REVOLUCIÓN SÍ, GOLPE DE ESTADO NO!

Manuel Oliva Sirgo y Raciel Prieto Cabrales. UNHIC